El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), uno de los socios del proyecto vinGO, ha puesto recientemente de manifiesto el valor y el potencial de las variedades minoritarias de uva en la región castellanoleonesa. Estas variedades, que durante mucho tiempo fueron ignoradas y desestimadas debido a que no se ajustaban a las demandas de los viticultores de entonces, juegan ahora un papel crucial en el contexto del cambio climático.
Según Enrique Barajas, investigador de ITACyL, «las variedades minoritarias se refieren a esas cepas que históricamente han sido menospreciadas o abandonadas porque no cumplían con las expectativas de los viticultores, posiblemente debido a que no completaban su ciclo en aquel entonces. Sin embargo, muchas de estas variedades ahora sí logran hacerlo gracias al cambio climático. Además, estas cepas alcanzan su madurez con niveles de acidez muy equilibrados».
Estas variedades presentan una oportunidad valiosa para mitigar los impactos del cambio climático en la viticultura. Aunque los viticultores pueden intervenir en otros aspectos, como la orientación de los viñedos o la altitud, las variedades minoritarias añaden un valor único tanto al mapa vinícola como a las experiencias de cata. «En las regiones donde se encuentran estas variedades, se aporta ese toque distintivo que las caracteriza», destaca Barajas.
Las variedades minoritarias
Muchas de estas cepas, descubiertas a través de una auténtica labor de «arqueología» vitivinícola, ya han sido descritas y registradas en la Oficina Española de Variedades Vegetales. No obstante, su inclusión en las regulaciones de cada comunidad autónoma es necesaria para permitir su plantación.
El último paso de este proceso recae en los consejos reguladores de las Denominaciones de Origen (DO), quienes incorporan estas variedades en sus pliegos de condiciones. Según el técnico de ITACyL, este proceso puede durar entre cinco y seis años en el mejor de los casos, lo cual evidencia la minuciosidad y el cuidado con los que se aborda esta labor.
El trabajo realizado por el ITACyL revela el potencial transformador de las variedades minoritarias de uva en las áreas rurales de Castilla y León. Estas cepas, anteriormente ignoradas, están encontrando su lugar en el panorama vitivinícola actual y aportando nuevos sabores y matices a las mesas de cata. Además, su descubrimiento y promoción requieren un esfuerzo conjunto entre instituciones y consejos reguladores para asegurar su reconocimiento y protección en el marco normativo adecuado.
Ayuda para la ejecución de Proyectos de innovación de interés general por Grupos Operativos de la asociación europea para la innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-AGRI), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2022, con fondos procedentes del Instrumento Europeo (EU Next Generation), para el año 2023, la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGRIFA) es la autoridad de gestión encargada de la aplicación de la ayuda del FEADER y nacional correspondiente. Número NUM.EXP:14860735_vinGO
